martes, 21 de abril de 2009

Cuando eres niño jamás piensas en la muerte. Claro, todo depende de tu entorno social. Es algo tan lejano, ajeno e improbable que pueda pasar. Conforme vas creciendo empiezan a morir los abuelos y entonces la única certeza que tienes es la de que la que muere es la gente vieja; no hay mayor conflicto, la gente muere y ya y a las 6:00pm pasan el nuevo capítulo de los padrinos mágicos.

Ojalá así fuera siempre, aceptar a la muerte como un proceso natural, algo que a todos nos va a pasar tarde o temprano, enterrar a nuestros muertos y continuar respirando hasta que nos llegue nuestra hora.

De repente empiezan a morir los padres, los tíos, los amigos, las parejas y te percatas de que ya no eres tan ajeno a ese hecho. Te ha pasado, haz estado cerca, sucede con frecuencia. No sabes a que hora te va a tocar a ti, y de alguna manera es angustiante saber que puede terminar tu vida y no haberla vivido nunca.

Ayer supe que falleció el papá de un amigo. No he podido hablar con él pues el vive en Australia. Rodrigo, realmente lo siento; lo mucho o poco que conocí a tu padre no me cabe la menor duda de que era una persona excelente y si lo piensas un poco quizá era de esas personas que efectivamente no eran de este mundo lleno de apegos materiales. Yo no tengo dudas de que se encuentra en un lugar mejor; esa es mi envidia con todos los seres extraordinarios que he conocido y han fallecido. También creo que no hay palabras, hechos o cosas que repongan, consuelen, o faciliten su partida. Es el tiempo el que se encarga de ir aclarando todas las dudas que ahora puedan surgir.

El otro día me encontré la primera carta que me dio Edmond y te transcribo un pedacito de esta:

" La neta te estimo y va te lo digo, así no sé que me pueda deparar este mundo pero sí estoy seguro que sea lo que sea , será para mi en la lucha por ser feliz pero ser feliz cada día, disfrutar cada momento...creo en la magia y en la buena vida que por ella surja y como estoy seguro que tu tienes en tu ser magia te lo digo así sin miedos y sin ningún compromiso el que vengas a compartir un poco de esa magia que es y será motivo de felicidad siempre. Gracias por echarla a andar".

Entonces me acordé que por corta o larga que sea la vida, debemos morir en paz, sin remordimientos, sin hubieras.

Te quiero mucho Rocco. Un abrazo

viernes, 17 de abril de 2009

de repente ya no me gustan tanto los blogs....

haber si mañana cambio de opinión...o haber cuando......