domingo, 14 de diciembre de 2008

31 de octubre.

Ultimamente es muy difícil que me sienta bien en algún lugar. Incluso en mi cama que solía ser el perfecto refugio. Me acuerdo que me quería enamorar, quería encontrar algo a que aferrarme y salí en busqueda de un hogar. Caminé desde High Park hasta Chinatown recorriendo todos y cada uno de los lugares que me gustaban que seguían ahí, intocables, llenos de mi historia personal y tan vacíos ahora de sentido. Fué así el 31 de octubre el último día que me sentí bien, el día que encontré un amor y lo dejé ir. Mientras caminaba hundida en mis recuerdos cuando más hirientes se hacían estos, los abandoné completamente y dejé de ser victima y pasé ser un habitante mas. Justo como en los viejos días, aquellos que ahora me causan lágrimas; volví a pertenecer a la tierra, había encontrado toda la seguridad perdida, al amante muerto, al amigo que es tu hermano, el aire que no cala, volver a ser quien fuí. Encontré cada rincón tal cual lo dejé, cada cosa en su perfecto lugar. El sol no calentaba pero no hacía frío, había mucho movimiento, las tiendas vintage, los cafés bohemios, el olor a marihuana, el olor de la quesería, a carne fresca, a mercado, la música en el aire, las hojas rojas en la calle: Kensington Market.

nosé porque no te creí si en verdad te amo.

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