miércoles, 2 de abril de 2008

Hoy necesito a Dios

Dios:

creo que nunca antes te había hecho una carta. Si te diera mil pretextos el principal sería que nosé tu dirección, tu email, tu teléfono. A veces me es bien difícil pensar que estas por aquí. Te veo muy lejos. Pero hoy necesito hablarte. No tengo ningún tema en especial. No tengo tampoco alguna necesidad. Pero siento que te extraño. Tu sabes, me he alejando de tí en estos meses, pero creo que todo es un mal entendido, falta de comunicación. Y es fácil vivir sin tí, es fácil pensar que es fácil vivir sin tí, y desentenderme de cualquier compromiso que conlleva cualquier relación. Tengo miedo a dormir. Llega la noche y no quiero ir a dormir. No es que tenga pesadillas, y bueno el insomnio ya no me hace presa tan seguido por lo tanto nosé a que se deba mi miedo. Y bueno entre otras cosas hoy necesito de tí. Necesito saber como estas, que haces, como te ha ido. Te juro que siento que te extraño un chingo.

Bueno Dios, quisiera decirte que estaré en contacto, que te llamaré de vez en cuando, pero nosé lo que vaya a pasar mañana, espero este mal entendido se resuelva pronto. Y pues bueno, te quiero, y espero entiendas porque a veces pareciera que me escondo de tí. Talvéz porque según yo, "todo es más fácil".

Te mando un beso y cuidate mucho, y de pasada cuidame a mi también.

Alejandra

5 comentarios:

Omar Garza dijo...

me gusto mucho tu carta a Dios, es bueno saber que existe alguien que no nos ve, que no nos juzga, alguien que a veces sentimos nos olvida pero que siempre esta ahi...

mArXelLa dijo...

que lindo mensaje, me siento un poco extraña al comentarlo por que siento que es algo muy personal..pero que bien que lo compartas. Un abrazo

Sabine Karelinka dijo...

aiiiiii... fijate que yo tb milo.... y lo escribo y todavia como que los dedos se resisten.... y no se como llamarlo pero tengo la misma necesidad.....

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
KSPR dijo...

Hoy es uno de esos días terribles en la vida de uno. Me he derrumbado como nunca. Me he arrepentido de muchas cosas malas que he hecho. Y como nunca he entendido cómo pueden sufrir personas buenas, me siento incapaz de pedir ayuda a Dios. Sólo quiero que me perdone por todo. Me siento en verdad muy mal, tanto que no encuentro una salida.