Así, sin pena ni gloria he decidido terminar con la semana de mis personajes favoritos. Y es que una vez que me fuerzo a hacer las cosas, no más no me salen.

Y hoy quiero hablar de otras cosas. De esas que todos disfrutamos: de las tristezas. Con las tristezas pasa lo mismo que con las historias de fantasmas, a todos nos causan morbo y todos tenemos una que contar. Y ciertamente a todos nos da miedo, ya sea la tristeza o el fantasma en cuestión.

Bueno, hay gente que no, hay que gente no siente. Y yo que estuve tan cerca de ese grupo privilegiado. Digo, cerca porque jamás he dejado de temerle a los fantasmas. Pero en cuanto a los asuntos de la emoción fué que el corazón se secó y ni con el rocío de la mañana revivía. Horas, que digo horas, días completos en terapia intensiva de amor, de comprensión y aún así seguía como dormido.

Ah!, pero, ¿no que no sentías pedazo de carne entumido?

Rabia. Rabia en su mas puro sentido y si al infierno me condeno será pues la Ira la que me llevó derechito.

Ya son varios los días en que siento que la sangre me hierve. Así de súbito, sin ninguna explicación. Al principio lo confundí con esos calores mundanos que pervierten al alma y sacian al cuerpo. Pero me hervía tanto que los calores cambiaron mi humor al de una persona realmente iracunda, molesta que caminaba con furia, que encontró la manera de odiar al mundo, a la gente, a su novio muerto, al mundo otra vez, a su vida de vagabundo, a su novio muerto otra vez, a su cansancio, a su novio muerto una vez mas.

Y sigo enojada. ¿ ypa que sirvieron tantos besos? ¿ porqué te aposté tanto? ¿porqué te entregué mi cuerpo, mi alma y mi voluntad? ¿pa que te hice encabronar tanto? ¿porqué te mentí? ¿porqué al final no tuve mas dudas? ¿ y porqué si las tuve? ¿para que chingados te empeñaste en que fuera tuya? ¿de que me sirvieron 5 años? pa pura chingada....